Sedes donde Funciono Torre

La sede de Torre

 

La segunda mitad de la historia de Torre ha transcurrido en la sede propia de Sánchez de Bustamante. Pero llegar ahí no fue sencillo.

 

La reunión fundacional del Círculo fue en la casa Rufino Marín frente a la plaza Almagro pero nacíamos como un club sin sede. En los primeros tiempos funcionamos gracias a otras instituciones en Flores: la Asociación La Providencia en Yerbal a una cuadra de la plaza y el Círculo Vélez en Alberdi y Culpina.

Con mucho esfuerzo en 1973 alquilamos una vieja casa chorizo -la primera de un condominio de 5 casas de pasillo- en Díaz Vélez 3833, la sede histórica. Con todas las limitaciones e incomodidades, la actividad era permanente y el Círculo estaba siempre lleno, Inclusive para algunos eventos hubo que tomar la vereda.

En 1979 apareció la oportunidad de alquilar la segunda casa del pasillo y nos largamos aunque técnicamente la plata no diera. La única obra fue una abertura entre ambas casas, hecha por un albañil de una obra cercana que me miraba con desconfianza porque cuando picaba no sabía qué era lo que iba a encontrarse del otro lado. Nuevamente la actividad justificó ampliamente esta expansión.

Durante la década de 1980 seguimos tomando los otros departamentos mientras Juan Mas -presidente en esa época- negociaba permanentemente con el dueño y surfeaba la hiperinflación; pero hacia 1990 la situación se complicaba por el costo del alquiler y las intenciones del propietario de vender todo en bloque para construir un edificio, hecho que efectivamente se cumplió.

A partir de allí Nino Mas hizo una convocatoria para un plan de mediano plazo que incluyó mi vuelta a la CD, esta vez como amarrete tesorero. Fijamos como objetivo la sede propia que en principio parecía una utopía pero con un plan de trabajo paciente se fue avanzando en ese sentido sin descuidar la parte deportiva que esa época dio una de las mejores generaciones de juveniles incluyendo un campeón mundial en 1992.

Una ordenada administración, una importante serie de rifas que se vendían fuera del club, bonos internos y colaboraciones extraordinarias de socios, cenas y otras actividades sociales permitieron juntar una suma que, insuficiente para comprar, permitía ver que acceder a la sede propia ya no era imposible.

Para la nueva sede teníamos dos condicionamientos: que tuviera como mínimo la capacidad de la anterior y que estuviera en la misma zona que la de Díaz Vélez ya que el Círculo tenía una importante inserción barrial.

En 1994 encontramos una vieja casa en Sánchez de Bustamante 587 en un momento en que el Abasto estaba en un período de cambios por el reciclado del viejo mercado. Préstamo hipotecario mediante firmamos la escritura pero quedaba la adaptación que implicó una importante obra previa a la inauguración el año siguiente.

Esto fue posible gracias a todos los socios pero -a riesgo de alguna omisión- quiero mencionar a algunos de los que integramos junto con Juan Angel Mas esas comisiones: Isaac Natan, Eduardo Wolberg, Ricardo Marginet, Alejandro Rey, Carlos López y José Di Doménico, quien fue responsable de la obra.

El crédito se fue pagando con esfuerzo y algunos años después el Club estuvo un tiempo cerrado hasta regularizar la habilitación municipal.

Durante la pandemia de 2020 -gracias al plan estatal Clubes en Obra y la gestión de Leandro Plotinsky- la sede fue puesta en valor, reluciendo nuevamente el paisaje de las banderas y campeones mundiales en la primera sala.

 

 Rodolfo Stratta